Sobre mi

SOBRE MI

Nací en Europa, en la grandiosa península Ibérica, allá por la década de los 40 y tal, casi cayéndome para el lado de África, en medio de la sierra, en la naturaleza pura, aún lo recuerdo, en ese momento estábamos mi madre y yo solos en casa, hola má, llegué, le dije, afuera un perro, una cabra y un cochinillo, hasta llegar una vecina que vino apresurada a conocer al que había llegado sin avisar algunos días antes de lo previsto…. Ese era yo.Pero debo aclarar que para mí, nacer en determinado lugar es un accidente, tanto dá que sea Europa, América, África, Asia, o cualquier otro lugar, soy un humano más, soy un ciudadano de este planeta maravilloso que se llama Tierra, yo nací más o menos blanco, pero esto no me dá ningún privilegio especial, podría ser negro, amarillo o azul, soy un ser humano más, que importa el color, cualquiera este sea , todos tenemos sentimientos, lloramos reímos, queremos, sufrimos de igual manera y no importa donde nacemos y que pigmento nos tocó, nadie puede negar que todos somos parte de este mundo.Viví mis primeros años en medio de la naturaleza, trepándome a los árboles, en los arroyos,corriendo por la sierra, siempre descalzo, hasta que un día me trajeron unas cosas horribles a la que llamaban zapatos, ¡uf que sacrificio!, todo me dolía, tienes que usarlos porque nos vamos a un lugar muy lejos de aquí, me dijeron; ¡y sin mi consentimiento! Después de saber mis primeras letras, comencé a leer unas revistitas que solo tenían el tamaño de cuatro cuadraditos, una de ciencia ficción, otra de vaqueros ¡que admiración que tenía por quien escribía eso!, pensé, tal vez algún día yo….Pasaron muchos años, hasta que decidí volver para esta gran tierra que es Europa, al mismísimo lugar donde ella comienza, (Iberia claro), lógicamente viéndolo desde donde yo estaba.Mi querida naturaleza, esa que siempre me maravilló y que cuanto más la conozco más admiro, está siendo muy atacada, descuidada y maltratada, los arroyos ya no tienen agua, y los árboles donde me subía ya no existen, las flores silvestres desaparecieron, la mayor parte de las personas se mudaron para las ciudades y aquí ya nadie anda descalzo, es el progreso dicen, y es lógico. Ahora ya muy pocas personas admiran la naturaleza y piensan que es algo secundario, de poca importancia, es algo terrible.El inexorable tiempo es una de las cosas más valiosas que tenemos, pues cada hora, cada día que pasa, al instante siguiente comienza a ser parte de nuestro pasado y ese instante ya no vuelve nunca más. Por eso hay que ofrecer algo positivo a cambio de ese precioso bien, espero conseguirlo y despertar algunas conciencias para que conozcan mejor toda la vida silenciosa que existe a nuestro alrededor, tenemos que saber que en todo momento la naturaleza está trabajando incansablemente para nosotros.Tenía que hacer algo diferente para tratar de hacer conocer a toda la gente de ocho a ochenta años, y tal vez más, aún los haraganes para leer, las maravillas que no vemos.Claro, espero poder alcanzar ese objetivo a través de este mi primer libro, y con los siguientes que ya están en camino, obviamente, siempre con temas que voy a llamar “lectura positiva” y a través de nuestros jóvenes aventureros.

Zac dos Santos